jueves, 2 de marzo de 2006

Autobiografía

Como el náufrago metódico que contase las olas
que faltan para morir,
y las contase, y las volviese a contar, para evitar
errores, hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño
y le besa y le cubre la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de
caballo de cartón en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.

AUTOBIOGRAFÍA

Luis Rosales

4 comentarios:

Cle dijo...

¡Qué extraño! Juraría que antes de regresar pasó por aquí un maremoto y se llevó mi cepillo de dientes, mi pijama y mi bolsita de ... ¿Dónde estarán? ;P
Habrá que esperar con ilusión las olas que quedan por llegar.
Y ya sabes eso de que errar es humano y perseverar en el error sólo del necio. ;)

Monocrome dijo...

Qué triste, ¿no?

Ágætis byrjun dijo...

Cle, sólo fue una pequeña ola, de la estatura de un niño.

Vera, quizás sí, quizás es triste, pero para mí es contundente y demoledor, y sobre todo, me recuerda que no quiero ser un prudente caballo de cartón.

Shay dijo...

veo que tus venas se abren a sangre sabia, a savia nueva... eso es tan beno para ti... aún no lo sabes.